En la naturaleza, los animales
que viven en estado salvaje se encuentran con situaciones que les generan miedo,
pero de manera instintiva aprenden a superarlo a la vez que supone una
experiencia aprendida en las siguientes ocasiones en las que se encuentran en
la misma situación. Evitan el problema pero continúan con su vida sin que ello
pueda ocasionarles ningún trastorno.
En el caso de los perros que
viven en un hogar, pueden desarrollar fobias a cualquier cosa que nos podamos
imaginar, desde unas zapatillas, un carrito de bebé, incluso a personas u otros
perros. Una fobia, tanto para los humanos como para el resto de los animales,
no es ni más ni menos que un miedo que no ha podido ser superado y que nos
paraliza o nos hace temblar cuando nos enfrentamos a él.