El problema que puede generar en nuestra mascota
este fenómeno que podemos llamar humanización, es decir, pensar que nuestra
mascota es una persona con disfraz de animal, es la generación de perros
infelices, asustadizos, agresivos, en definitiva, desequilibrados.
Debemos pensar si realmente estamos haciendo lo
correcto para que nuestra mascota sea feliz, y para llegar a entender si lo
estamos consiguiendo debemos ponernos a analizar la situación desde un punto de
vista canino.
Para un perro su familia es su manada y únicamente
hay dos papeles que se pueden desempeñar en esta, el papel de líder o el papel
de seguidor. Estadísticamente, la mayoría de los perros tienden a desarrollar un
papel de seguidor, ya que para ser un líder natural este debe ser un animal
fuerte, equilibrado y con un nivel de energía estable. El problema reside
cuando nuestra mascota con papel de seguidor empieza a observar que ningún
miembro de su manada o familia está desarrollando correctamente el papel de
líder, puesto que los privilegios que le otorgamos se sitúan en muchos casos
por delante incluso de los nuestros propios. Ante esta situación, un perro que
ha nacido con papel de seguidor se ve en una situación donde los demás miembros
de su familia, inconscientemente en la mayoría de los casos, le están diciendo
que asuma el papel de líder. Esta situación es la que genera, en la mayoría de
los casos, la aparición de desequilibrios en los perros y por tanto como ya
hemos comentado, infelicidad, miedo, agresividad.
Por lo tanto el ofrecer cariño o darle a nuestra
mascota diversos accesorios o juguetes para que se entretenga no es malo, todo
lo contrario, es perfecto, pero para ello debemos tener claro que nuestro perro
está asumiendo el papel que le corresponde dentro de nuestra familia, el papel
de seguidor, fomentando de esta manera una mascota equilibrada, lo que le
permitirá una vida feliz como lo que son, perros.
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