A lo largo de los diversos post
que hemos ido subiendo al blog, hemos comentado ya en varias ocasiones, que la
mayoría de los problemas o desordenes psicológicos que puede presentar nuestra
mascota como miedo, fobias, hiperactividad o agresividad, están producidos por
nuestro desconocimiento para entendernos, comunicarnos y hacer feliz a nuestra
mascota. Son las personas con mascota las que necesitan muchas veces la ayuda
de un profesional para hacerle entender que el perro no tiene ningún problema,
sino que el problema es nuestro. Los perros están preparados fisiológicamente
para entendernos y descifrar los cambios de nuestra energía.
Los perros continuamente están
comunicándose con nosotros, somos nosotros los que no sabemos descifrar su
lenguaje. Si un perro mueve la cola rápidamente y viene hacía nosotros con la
cabeza baja, nos está comunicando su sumisión a la vez que nos dice que está
contento por vernos, pero si un perro mueve la cola lentamente y se muestra
serio mirándonos con la cabeza en alto, posiblemente su estado no sea de
felicidad. Al igual que si por las mañanas nuestro perro nos persigue por todas
las habitaciones, no es que tenga ganas de estar con nosotros y no perdernos de
vista, sino que lo que está demostrando es ansiedad y ganas de ir a dar un
largo paseo.
La relación con nuestra mascota
es algo personal e intransferible y nosotros decidimos que tipo de relación
queremos establecer y cuales son los límites que queremos imponer para
conseguir una vida feliz para todos. Al igual que hay personas a las que les
gusta salir a pasear con su mascota atada, hay otros que prefieren que esta
vaya suelta, siempre que no suponga una amenaza para el resto de la sociedad, o
mientras algunos no quieren que sus mascotas se suban al sofá o a la cama,
otros deciden libremente que su mascota puede hacerlo. Siempre tenemos que
tener claro que los límites en la relación los debemos fijar nosotros y no
nuestra mascota, ya que esto puede ser el inicio de graves problemas en un
futuro.
La mayoría de las personas que
poseen una mascota canina no quieren que su perro se haga el muerto, ruede por
el suelo a su señal o le traiga las zapatillas de estar por casa, sino que lo
que la mayoría de personas buscan en su perro es compañía, cariño, tranquilidad
y buenos modales más que adiestramiento. Una de las cosas que más disgusta a
los propietarios es llamar a su perro y que este no acuda inmediatamente hasta
donde él se encuentra, pero para ello tenemos que darle motivos a nuestra
mascota para que quiera hacerlo.
Para conseguir que nuestro perro
sea obediente, en primer lugar tenemos que tener claro que es para nosotros la
obediencia, y esta es una definición en la que deberían participar todos los
miembros de nuestro hogar. Tenemos un montón de oportunidades todos los días
para hacer de nuestro perro esa mascota ideal, pero el problema es que no se
trata de querer sino de hacer que eso ocurra y esto sólo está en nuestras
manos, no en las de nuestra mascota.
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