Cuando nace un cachorrito, lo primero que recibe en la vida
es la energía tranquila, segura y firme de la madre. Esa es la manera en la que
se comunican y se relacionan los perros en su estado natural, por lo que si
comparamos esta forma de presentación, con la presentación que hacemos las
personas cuando vemos a un cachorrito, podemos observar que hay grandes
diferencias.
En primer lugar, lo que hacemos habitualmente las personas
al ver a un cachorro es llamar su atención a través de las palabras, con expresiones
como ¡Oooooh!, ¡Cosita guapa!, ¡Ven aquí!, lo que para los perros se traduce en
excitación, nerviosismo, en definitiva energía emocional, que en el mundo de
las mascotas caninas supone debilidad.
Una vez hemos demostrado a ese pequeño cachorro que posiblemente
somos débiles, ¿que hacemos a continuación?, nos acercamos hasta él, y nos
agachamos con el objetivo de hacerle una caricia en la cabeza. Si traducimos
esta acción al lenguaje canino, estamos diciendo expresamente que nosotros
somos los seguidores, por acercarnos, y el pequeño cachorro es el líder, ya que
estamos yendo hacia él.
En tan solo unos cuantos segundos hemos sido capaces de
decirle a un cachorro o a un perro adulto que somos débiles y que él es el líder en esa relación. ¿Y
después queremos que hagan lo que nosotros les pedimos?. Por eso es tan
importante empezar a pensar en como lo hacen los perros cuando nos tenemos que
relacionar con ellos.
La manera natural de presentarse a un cachorro o perro adulto, es no
acercarse a ellos en absoluto, ya que un líder nunca se acerca a un seguidor,
y menos mirando directamente a la cara, porque en el lenguaje canino esto significa desafío.
Por lo tanto debemos dejar al pequeño cachorro que se acerque a nosotros para
olisquearnos, esa es la manera canina de conocer a alguien, de saber cual es su
género o su edad, donde ha estado, que ha comido y sobretodo que energía
desprende, segura y tranquila, sumisa y tranquila o emocional y desequilibrada.
Finalizada la presentación inicial, puede ser que el pequeño
cachorro no sienta el mayor interés por nosotros, con lo cual se alejará a
descubrir nuevas cosas, o por el contrario podría quedarse con nosotros para
seguir investigando. Únicamente cuando un cachorro ,o cualquier perro, nos ha
investigado y ha iniciado un contacto físico con nosotros, acariciándonos con
el hocico o restregándose contra nuestra pierna, podemos iniciar nosotros el
contacto. Dejemos por tanto que se gane nuestra confianza y posteriormente
podremos ganarnos su afecto.
Esta claro que la primera intención de las personas es
querer tocar un cachorrito o un perro cuando lo vemos, pero una vez más, este
es un impulso humano, y como hemos dicho para comunicarnos con nuestras
mascotas, debemos hacerlo con el lenguaje canino, ya que para un cachorro, un
encuentro como este puede suponer el inicio de problemas en su comportamiento
futuro.
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