Si volvemos a analizar la manera
en como viven y se relacionan los perros salvajes o los lobos en la naturaleza,
podemos observar como después de finalizar una cacería o al terminar de comer,
en ocasiones se producen juegos entre varios animales, donde se demuestran el
afecto y donde se puede observar cierta excitación entre los individuos. Pero
este comportamiento no suele durar mucho tiempo y sobre todo no se ven los
jadeos hiperactivos que podemos observar en algunos perros domésticos cuando
sus dueños llegan a casa después de un día de trabajo.
Por lo tanto, si cuando llegamos
a casa y nuestra mascota salta sobre nosotros y vemos que tiene un nivel de
excitación elevado y jadea, no debemos pensar que se alegra de vernos, sino que
está mostrando una energía o un comportamiento hiperactivo que en ningún caso
es saludable o natural en los perros.
Tenemos que tener claro que
cuando hablamos de nuestras mascotas, felicidad y excitación no significan lo
mismo, sino que contrariamente, una muestra una mascota equilibrada, y la otra, en
casos extremos de hiperactividad, muestra un cierto desequilibrio o
desorden psicológico en el animal que puede suponer el inicio de otros
desordenes como la fijación o la obsesión.
Si nuestra mascota nos recibe
saltando sobre nosotros o sobre cualquier otra persona que pueda entrar en
nuestro hogar, lo que debemos entender es que no es alegría, sino que se trata
de dominación, y por tanto lo que no debemos hacer es acariciarla, abrazarla o
utilizar cualquier frase con una entonación emocional ya que como vimos en el
post sobre agresividad motivada por el miedo, la caricia o el abrazo supone
para el animal aceptación sobre lo que está haciendo.
Los perros son animales curiosos
por naturaleza y es lógico que sientan o muestren interés sobre nosotros o
cualquier otra persona que vaya a entrar en nuestro hogar, pero debemos
enseñarle una educación correcta para esta situación, ya que si entre los
perros cuando se ven no se saludan saltando unos con otros, sino que para
saludarse lo hacen olfateándose, no debemos permitir ese comportamiento
excitado en nuestro hogar.
La corrección de este desorden no
implica grandes dificultades pero si mucho trabajo y paciencia. Para ello, cuando
vayan a llegar visitas a casa, podemos llevar a nuestro perro con correa para
enseñarle como se deben recibir las visitas correctamente. Recuerda que las
personas que vayan a entrar en la casa no deben hacerle ningún caso a nuestra
mascota, deberán entrar sin mirarle, tocarle o hablarle y solo cuando estemos
seguros de que nuestra mascota se ha calmado, podemos dejar que se acerque a
nuestros invitados siempre de una manera tranquila.
Por lo tanto y a modo de resumen,
si cuando entramos en nuestra casa nuestro perro salta sobre nosotros, no es
porque esté contento de vernos, sino por una elevada concentración de energía
que le hace mostrar un comportamiento hiperactivo. En este momento lo
conveniente es no prestarle atención hasta que se tranquilice, y cuando se haya
tranquilizado, salir con nuestra mascota a dar un buen paseo, darle de comer al
llegar a casa y cuando este totalmente tranquila, será el momento correcto de ofrecerle
todo el afecto y las caricias que queramos, porque estaremos dándole a entender
que ese es el estado correcto en el que los perros deben permanecer.
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