Si en la generación de este blog
hemos empezado hablando sobre la psicología canina no ha sido por casualidad,
sino que desde Animalia queremos haceros comprender que para traer un perro a
nuestra hogar y con nuestra familia, lo primero que debemos saber es que un
perro no es una persona y por tanto no podemos hacer que se comporte como una
persona ni pretender que haga las cosas como se las diríamos a una persona para
que las haga. La humanización de los perros, como hemos visto, es la principal
causa que motiva o que genera la aparición de trastornos, desequilibrios,
fobias, miedos o desordenes psicológicos y por ello es necesario, cuando
tenemos un perro en nuestro hogar, conocer el qué, el como o el porque del
comportamiento canino y la manera correcta en la que debemos comunicarnos con
ellos.
Por esta razón cuando acudimos a
un especialista como un entrenador o un adiestrador de perros, no debemos
esperar a que como en un taller de coches, les llevemos al perro y nos lo
devuelvan arreglado, porque en la gran mayoría de los casos, el problema no
reside en el perro, sino que reside en el propietario de la mascota, que de
manera inconsciente desconoce como debe relacionarse y comunicarse con su
mascota o qué actividades y con que intensidad debe realizar para evitar la
frustración del animal y la aparición de desordenes psicológicos como la
agresividad o el miedo.
Con esto no queremos decir que
los adiestradores caninos no van a suponer una ayuda en nuestra relación con
nuestra mascota, sino que contrariamente son profesionales dedicados a
ayudarnos a entendernos con nuestra mascota y conseguir, cuando a nosotros nos
es imposible, ayudar a nuestro perro a corregir ciertas acciones que no queremos
que hagan.
Una vez aclarado todo esto, desde
Animalia os queremos mostrar una serie de consejos básicos que os ayudarán a
escoger a un buen adiestrador o entrenador, en el caso que hayamos decidido
acudir a un profesional para que nos ayude.
Lo primero que tenemos que tener
claro es el motivo por el cual acudimos a un profesional. Si lo que queremos es
rehabilitar a nuestra mascota porque las fobias, miedos o la agresividad que
demuestra hace imposible la convivencia en nuestro hogar, deberemos acudir a un
especialista en rehabilitación canina, conductista o psicólogo canino. Si por
el contrario lo que esperamos de un especialista es que enseñe a nuestra
mascota a sentarse, acudir a nuestra llamada o que pasee con nosotros sin tirar
de la correa, entre otras muchas cosas, deberemos a acudir a un adiestrador o
entrenador canino. Tenemos que saber que no todos los profesionales de la
rehabilitación conocen técnicas de adiestramiento, ni que todos los
adiestradores conocen los métodos para la rehabilitación de nuestra mascota.
En segundo lugar, deberemos
asegurarnos que el profesional que vamos a contratar utiliza métodos con los
que nosotros nos sentimos a gusto. Si por ejemplo el adiestrador utiliza un
collar electrónico que le produce descargas eléctricas a nuestra mascota y no
nos parece correcta, ética o moral la utilización de este método, podemos
acudir a otros que estén en sintonía con nuestra manera de hacer las cosas.
En tercer lugar y aunque a
nuestro juicio no es del todo determinante, deberemos saber si el profesional
que hemos contratado posee el titulo necesario para la realización de la
actividad. Con esto nos estamos asegurando que al menos conoce y ha trabajado
con las técnicas adecuadas para la rehabilitación o adiestramiento de perros. Cuando
decimos que para nosotros no es del todo determinante, nos estamos refiriendo a
aquellos profesionales que han obtenido el titulo con un objetivo únicamente
lucrativo pero que en realidad ni disfruta ni siente una pasión real por el
mundo canino.
La profesionalidad de la persona
a la que vamos a entregarle nuestra mascota podemos corroborarla pidiéndole que
nos facilite el contacto con algunos de los clientes con los que ha trabajado y
obteniendo una impresión real de un usuario de ese servicio.
Para finalizar, la manera que
tenga para involucrarnos en el proceso. Es cierto que en muchas ocasiones y
sobre todo al principio de la rehabilitación, los profesionales prefieren
trabajar a solas con la mascota para ver como se comporta sin la compañía de
sus dueños, que como hemos comentado suponen en muchas ocasiones el origen de
los problemas de nuestra mascota. Pero una vez finalizada esta primera etapa,
lo lógico es que tanto profesionales de la rehabilitación como del
adiestramiento nos incorporen en el proceso, ya que con quien debe convivir la
mascota es con nosotros y nuestra familia.
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